Las Mipymes representan un 90% de las empresas a nivel mundial, proveen el 70% de los empleos y representan el 50% del Producto Interno Bruto. Estas cifras, apenas conocidas por el gran público, son aún más impactantes en la República Dominicana, donde estos números aumentan a 96%, 38% y 44%, respectivamente. En otras palabras, los pequeños empresarios mantienen la maquinaria económica funcionando y permiten que esta crezca, por lo tanto, es obvio que desde el Estado se debe facilitar e incentivar el continuo progreso de los existentes y el fomento de nuevos negocios. Esto generará riquezas, empleos y una mayor calidad de vida en la sociedad.

Por supuesto que existen leyes, reglamentos y discursos que expresan la firme voluntad de apoyar a este sector tan determinante para la existencia y desarrollo de las sociedades; pero, ¿la realidad se corresponde con el concepto? ¿Los intereses se alinean para favorecer el fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas? ¿La manera en que se estructuran y se apoyan, produce efectivamente los resultados que se esperan? El panorama, también en este sector, es amplio y complejo.

La Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, involucrada desde el 2010 en el desarrollo del Emprendimiento; fundadora y sede desde el 2015 del Centro Pymes, uno de los más importantes del país y la región del Caribe y Centroamérica; invita a investigadores y expertos a presentar artículos sobre el tema, con un claro enfoque humanista. Si bien la investigación se desarrolla sobre un campo eminentemente económico, nuestro interés se centra en ampliar los conocimientos sobre las circunstancias y su efecto sobre la formación de las generaciones de jóvenes insertados en la actividad emprendedora, y el impacto social real de esta actividad.