Los seres humanos dependemos de los océanos de muchas maneras. Más de la mitad del aire que respiramos es producido por los océanos, los cuales también regulan el clima y los patrones meteorológicos del planeta; proveen de alimento a las comunidades costeras, generan materia prima para la creación de medicinas y almacenan carbono. Además, contribuyen a la economía de muchas naciones a través de la pesca comercial, el transporte marítimo y el turismo. Todos estos beneficios son bienes y servicios ecosistémicos, de los cuales dependen más de 3,000 millones de personas en el mundo.

Desafortunadamente, los ecosistemas marinos están altamente amenazados por el Cambio Climático, la contaminación marina y la sobrepesca, tal como lo indica el reciente informe del IPCC de 2021. En el caso de los arrecifes coralinos, solo en el Caribe se calcula que el 60% del coral vivo se ha perdido en las últimas décadas; aun cuando la contribución de estos ecosistemas a la economía de la región se estima en US$ 7,9 mil millones de beneficios anuales originados por más de 11 millones de visitantes, y el beneficio anual de protección costera por los arrecifes sanos se estima entre US$ 740 millones y US$ 2,2 mil millones por año.